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Luis, un exmilitar mexicano, decidió combatir como voluntario en Ucrania después de ver las imágenes de una mujer embarazada que resultó herida en un bombardeo ruso a un hospital en la ciudad de Mariúpol.
La ucraniana le recordó a su hermana, según contó a The New York Times desde en Lviv, una ciudad en el oeste de Ucrania.
El exsoldado había servido en el Ejército mexicano peleando contra los cárteles de la droga y trabajaba como fotógrafo en Chihuahua.
Luis, quien prefirió no dar su apellido, esperaba junto con otros voluntarios extranjeros en un hotel donde el Gobierno ucraniano los ubicó antes de darles entrenamiento.
Hasta la semana pasada, trabajaba como fotógrafo de eventos en Chihuahua, donde cerró su estudio, vendió sus cámaras y voló hasta Polonia. Luego fue en auto hasta Ucrania.
Mintió a sus padres, a su hermana y a su novia sobre el viaje. Les dijo que iba de vacaciones.
Después de que Rusia inició su invasión a finales de febrero, Ucrania anunció la creación de una legión extranjera e invitó a personas de otros países a pelear contra Moscú.
De acuerdo con Dmytro Kuleba, ministro de Relaciones Exteriores de Ucrania, más de 20 mil personas de 52 países se han ofrecido como voluntarios para combatir en la guerra.
Pero hasta donde pudo verificar The New York Times, Luis y otros voluntarios militares recién llegados no habían sido llamados a luchar sino que permanecían en un albergue de la ciudad de Leópolis.
AGENCIAS MÉXICO
