Un grupo de vendedores lamentó que las autoridades municipales, respaldadas por la Policía, impidan que retornen a laborar al interior.
MINATITLÁN
ANGÉLICA JOAQUÍN
Un grupo de locatarios del mercado 5 de Febrero exige la reapertura de sus instalaciones, las cuales están cerradas desde la reciente contingencia provocada por el desbordamiento del río Coatzacoalcos.
Aunque el mercado no se inundó en su totalidad, sí se presentaron filtraciones de agua por el sistema de drenaje. A pesar de que ya se han realizado labores de limpieza y desinfección, las autoridades municipales, respaldadas por la Policía, han impedido la apertura, lo que ha generado el descontento entre los comerciantes.
Durante la mañana de ayer, varios locatarios se manifestaron en las afueras del mercado, reclamando que ya habían realizado las labores de lavado y buscaban reanudar las ventas para este 31 de octubre, aprovechando que las calles ya se encuentran secas, salvo algunos estancamientos. Sin embargo, al intentar ingresar para trabajar, las autoridades les negaron el acceso, lo que generó molestia entre los comerciantes, quienes consideraron este trato como excesivo y afirmaron sentirse tratados “peor que delincuentes” al impedirles retomar su actividad comercial tras días de pérdidas.
Los comerciantes señalaron que solo dos pasillos se vieron afectados por las filtraciones de agua del sistema de drenaje. Muchos ya cuentan con mercancía en sus puestos y temen que se les eche a perder si el mercado continúa cerrado. A esta situación se suma la inconformidad hacia la regidora Patricia Rueda, quien, según algunos locatarios, “nunca ha apoyado al sector”.
Tras la intervención de los medios y la difusión en redes sociales, Salvador Sánchez, encargado de Salud, junto a la responsable del área de Comercio, acudieron al mercado para dialogar con los locatarios y explicarles los protocolos establecidos por la Comisión Federal para la Protección contra Riesgos Sanitarios (Cofrepris) y Servicios de Salud de Veracruz (Sesver). Durante el recorrido por el interior del mercado, se acordó que una pipa de la Dirección de Agua o de los bomberos llegaría para realizar un lavado completo del lugar. También se llevaría a cabo una brigada de fumigación y otra de limpieza para garantizar condiciones óptimas de salubridad.
Finalmente, se estableció que, tras estas medidas, el mercado podría reabrirse el 1 de noviembre, permitiendo a los locatarios retomar sus actividades. Los comerciantes de las áreas de carnicerías, fondas, pescados, mariscos y pollos decidieron no vender durante los días de inundación, ya que habrían tenido que mover grandes refrigeradores y prefirieron esperar a que el río regresara a su nivel normal, esperando que el Ayuntamiento se encargue de la limpieza y desinfección de las calles.
1 NOVIEMBRE
Se pactó reabrir el lugar ante la presión de los locatarios.