Después de la denominada Revolución Digital o Tercera Revolución Industrial, a mediados del siglo XX, cuando basándose en las tecnologías de la información los procesos de producción se automatizaron, aparece una Cuarta Revolución, que se centra en la digitalización completa de las operaciones de una empresa o institución con el uso de Internet como medio de comunicación.
Ahora, el auge de los sistemas basados en Inteligencia Artificial (IA) evoluciona rápidamente y su impacto es inmenso, de ahí la importancia de prevenir y planificar, aseguran los expertos. La IA mal usada ha mostrado, por ejemplo, su capacidad para manipular la opinión de los ciudadanos hasta en una votación.
A fin de garantizar la auditabilidad del funcionamiento del sistema basado en IA es necesario analizar las legislaciones en diferentes ámbitos e identificar cómo podrían ser, desde ya, utilizados adecuadamente.
Expertos, gobiernos y organizaciones coinciden en la importancia de regular la Inteligencia Artificial. El interés que ha generado este tema es porque abarca la educación, la industria, los derechos humanos, la democracia, el Estado de derecho y la libertad de expresión, entre otros ámbitos.
Regularla contempla las dos caras de la moneda: su aportación y beneficios hacia la humanidad, así como sus riesgos. Los desafíos serán prevenir, regular y establecer normas para proteger a la población. El papel de los gobiernos y los legisladores es inminente para fomentar el uso responsable de las tecnologías.
INICIATIVAS EN LA ANTESALA
Si bien la regulación jurídica de la inteligencia artificial es un proceso dinámico, en constante evolución, que requiere la participación de todos los sectores involucrados para garantizar el uso eficaz, positivo y de beneficio a la humanidad, existen ya iniciativas y propuestas de regulación de la Inteligencia Artificial a nivel mundial y nacional.
La Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (OCDE) se pronunció y proporcionó directrices en la materia firmadas por 36 países, incluido México, en mayo de 2019. Aportan principios para el desarrollo responsable de la Inteligencia Artificial: transparencia, solidez, seguridad, responsabilidad, justicia, equidad y determinación humana.
En el Congreso de México, una de estas iniciativas la presentó el diputado Ignacio Loyola Vera (PAN), en abril de 2023: Ley para la regulación ética de la Inteligencia Artificial para los Estados Unidos Mexicanos. Busca crear estructuras y estándares éticos para la creación, investigación y uso de la IA en México, así como un Consejo Mexicano de Ética para la Inteligencia Artificial y la Robótica.
Durante el foro “Hacia una regulación de la Inteligencia Artificial”, que se realizó el 23 de octubre en Palacio Legislativo de San Lázaro, los diputados participantes e invitados abordaron varias de estas incógnitas y puntos a analizar ante el uso, riesgos y peligros de la IA.
Al respecto, el diputado Ignacio Loyola Vera comentó que el objetivo de su iniciativa es expedir una ley que contemple tres capítulos y 19 artículos. Externó su convicción de que en México existe talento para generar los propios códigos y obtener productos que se puedan patentar. Se podrán generar ingresos mucho más altos que el petróleo, “así que también deberá haber un programa que se llame Sembrando ideas, para que esas ideas generen recursos”.
Por su parte, la senadora Alejandra Lagunes Soto Ruiz (PVEM) consideró que antes de regular la Inteligencia Artificial en México se tendrá que garantizar la conectividad universal, la inclusión digital y financiera, la educación, impulsar capacidades y confianza digital, así como el Estado de derecho.
LA IA DEPENDE DE AL TOMA DE DECISIONES HUMANAS
Ulises Cortés, catedrático e investigador de la Universitat Politécnica de Catalunya (UPC), quien se dedica a varias áreas de Inteligencia Artificial en el Departamento de Ciencias de la Computación de esa institución, comentó que la IA es una disciplina científica de alto interés social cuyas aplicaciones permiten ampliar las capacidades humanas y aportan gran potencial de transformación desde el punto de vista tecnológico, económico y social. El auge de los sistemas basados en la IA, en particular el uso indiscriminado y su marco legal indefinido, está dando lugar a una gama mayor de aplicación en todos los sectores.
El nuevo modelo de Inteligencia Artificial que permite generar lenguaje escrito como el GPT-3 o el Chat GPT (aplicación de chatbot que se especializa en el diálogo) plantea dudas respecto de si están cambiando el paradigma de la Inteligencia Artificial y sobre la responsabilidad de quienes están desarrollando o implementando sistemas basados en esta herramienta, tanto en el sector privado como en el sector público.
El experto asegura que la polémica que se da por el uso de esta nueva tecnología afecta la productividad, el empleo, la educación, la igualdad de género, la inclusión, el medio ambiente, los derechos humanos y otros sectores a corto y a largo plazo. Por ello “es vital comprender que la tecnología basada en la Inteligencia Artificial no es una entidad autónoma, sino que depende de la responsabilidad y la toma de decisiones humanas”.
CONTINUARÁ…
Fuentes:
https://comunicacionsocial.diputados.gob.mx/
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