Durante la Segunda Guerra Mundial, la necesidad de aviones de transporte estratégico llevó al visionario ingeniero y empresario Howard Hughes a diseñar uno de los proyectos más ambiciosos de la aviación: el Hughes H-4 Hercules, conocido como el “Spruce Goose”. Esta colosal aeronave estableció récords de tamaño, especialmente por su impresionante envergadura de 97,54 metros, la más grande jamás construida hasta la fecha.
Debido a la escasez de metales durante la guerra, el H-4 fue construido casi en su totalidad de madera laminada, principalmente abedul, a pesar de su apodo que hace referencia a la madera de abeto (“spruce” en inglés). Sin embargo, la aeronave solo realizó un vuelo, en 1947, donde demostró su capacidad de elevarse y, aunque breve, logró dejar una huella imborrable en la historia de la aviación.
A pesar de no haber sido utilizado como se planeaba, el Hughes H-4 se convirtió en símbolo de innovación y audacia, representando el empeño y perseverancia de Hughes en un proyecto que muchos consideraban imposible.
Hoy en día, el “Spruce Goose” es una de las piezas centrales del Museo de Aviación Evergreen en Oregón, donde sigue cautivando a visitantes de todo el mundo con su legado único y su testamento a la ingeniería de una época pasada.
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