La controversia por el uso del glifosato, un herbicida de amplio espectro utilizado en el combate de malezas en el campo para producir alimentos, tiene divididos a empresas y gobiernos en el mundo y en el país la discusión ha crecido.
México prohibió de manera precautoria la importación de este ingrediente activo que utilizan compañías de agroquímicos en el mercado para fabricar herbicidas a base de glifosato.
TÓXICO PARA EL AMBIENTE
Y DE RIESGO CANCERÍGENO
Su prohibición se debe a que ha sido señalado dañino para la salud y medio ambiente por su alta toxicidad y riesgo cancerígeno por diversas organizaciones internacionales.
En el país las principales marcas de herbicidas que contienen glifosato son Roundup, Faena, Cacique 480, Nobel 62%, Lafam, Eurosato y Agroma y sus fabricantes, entre los que se encuentra Bayer, Monsanto y Spachem, los cuales distribuyen en el mercado nacional este producto para aproximadamente 45 % del uso agrícola en cultivos transgénicos, principalmente maíz, algodón, canola y soya y el resto, es utilizado para otros cultivos como las hortalizas.
El glifosato forma parte de la lista de Pesticidas Altamente Peligrosos y también ya fue clasificado por la Agencia Internacional de Investigaciones sobre el Cáncer, de la Organización Mundial de la Salud (OMS), como probable cancerígeno para los humanos.
Ante las advertencias, países como Francia, Italia, España, Argentina y Nueva Zelanda ya han prohibido el uso del glifosato.
En México su uso es apoyada por los productores agropecuarios, por menores costos y porque no hay sustituto.
CONTROVERSIA: EPA NO LOS PROHIBE, PERO JUECES SÍ
Sin embargo, la controversia es evidente pues la Agencia de Protección Ambiental (EPA en inglés) de EU y otras agencias federales, incluido el Departamento de Agricultura de ese país, señalan que no hay riesgos para la salud, pero jueces estadounidenses han resuelto a favor de tres casos que demandan daños a la salud.
Víctor Toledo, titular de Semarnat, señaló recientemente que urge tomar medidas legales para eliminar en forma progresiva la importación y el uso del glifosato en México.
Sin embargo, el Consejo Nacional Agropecuario sostiene que este bloqueo de importación está acabando con los inventarios de glifosato que se tienen y de no levantar las restricciones podría llegar al grado de mermar drásticamente el cultivo de alimentos porque no habrá cómo controlar las hierbas que reducen su productividad y en México no hay un producto alternativo. Sin el herbicida, asegura, los rendimientos pueden caer de un 30 a 50 %.
México
Charlene Domínguez/Reforma