Cirqueros a un año sin funciones

Este sábado 13 de marzo, se cumple un año de que los circos en todo el país fueron obligados a cerrar y suspender funciones de manera momentánea por la pandemia del COVID-19, un año que, para los cirqueros en Veracruz, ha sido sumamente complejo.

Francisco Mendoza Tolentino, representante de un circo familiar que llegó precisamente hace varios meses antes de la crisis sanitaria a la ciudad porteña para sus presentaciones principalmente en zonas rurales, ya no pudo moverse a otro punto por las indicaciones de las autoridades, que era ya no abrir sus puertas al público.

“Es mucho el tiempo, ya estamos parados, queremos trabajar, ya es justo y necesario, dicen que esto (circo) no es, bueno un negocio esencial, no es un espectáculo esencial, pero lo esencial es comer”.

Durante este año se han tenido que dedicar a vender productos como manzanas de caramelo y palomas en las colonias y fraccionamientos, con lo que los primeros meses había buenas ventas, sin embargo, actualmente solo se sostienen para la gasolina de los vehículos con los que salen y algo de comida.

“Nosotros hemos sobrevivido gracias a Dios de las ventas, que la gente de las diferentes colonias no has apoyado comprando nuestras manzanas que vendemos en las calles, palomitas, todo eso, es la gente que nos está apoyando”.

El circo contaba con 33 personas que laboraban en distintos rubros, ahora solo quedan 11, que son los integrantes de la misma familia que encabeza este circo llamado “Tin Tin”.

Aseguró que han pedido apoyo y audiencia con las autoridades municipales de Veracruz, sin embargo, dijo les han cerrado las puertas y simplemente les responden que aún no pueden reiniciar su espectáculo circense.

Lamentó que negocios como bares, antros, cines, entre otros de entrenamiento sí se les permita cierta cantidad de personas, mientras que al circo siendo que pueden tomar las mismas medidas de protección sanitaria, con menor cantidad de gente, y hasta solo los fines de semana.

Su última función fue en la comunidad de Matacocuite en esta ciudad, lugar donde permanecen todas sus cosas y transporte hasta que puedan volver a laborar, ya que tampoco cuentan con recursos para volver a su lugar de origen, el Estado de México.

Agencia/ Liberal