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Aunque los precios mundiales de los alimentos básicos han permanecido sin cambios, siguen surgiendo pruebas que confirman la relación entre el covid-19 y el aumento de la inseguridad alimentaria, y se prevé que dichas repercusiones se extenderán durante 2021 y 2022, advirtió el Banco Mundial.
De acuerdo con el documento “Perspectivas de los mercados de productos básicos”, cada vez más países se enfrentan a crecientes niveles de inseguridad alimentaria grave, y esto echa por tierra años de progresos en materia de desarrollo.
El Banco Mundial refirió que a pesar de que los mercados de los productos alimenticios básicos están bien abastecidos a nivel mundial, el covid-19 ha tenido profundas repercusiones sobre los mercados alimentarios y laborales locales en todo el mundo y ha reducido los ingresos.
Explicó que esto ha alterado el funcionamiento normal de las cadenas de suministro y ha agravado la crisis de seguridad alimentaria y nutricional que ya venía desarrollándose aun antes de la llegada de la pandemia, por lo que es momento de que los responsables de la formulación de políticas adopten medidas para atacar las causas básicas de la inseguridad alimentaria.
Tras la caída en la demanda en 2020 por el impacto de la pandemia del covid-19, en 2021 los precios de los productos básicos continuaron su recuperación en el primer trimestre y se prevé que se mantendrán cercanos a los niveles actuales a lo largo del año, gracias al repunte de la economía mundial y a las mejoras en las perspectivas de crecimiento, informó el Banco Mundial.
Sin embargo, resaltó, a pesar de este buen panorama, el futuro de los precios depende en gran medida de los avances en la contención de la pandemia del covid-19, así como de las medidas normativas de apoyo que adopten las economías avanzadas y las decisiones de producción de los principales productores.
El organismo indicó que se estima que este año los precios de la energía aumentarán, en promedio, más de un tercio respecto de los valores de 2020; el petróleo se ubicará en un valor medio de 56 por barril; mientras que para los metales, se prevé que aumentarán 30 por ciento; en tanto que los precios de los productos agrícolas se incrementarán casi 14 por ciento.
No obstante, el vicepresidente interino de Crecimiento Equitativo, Finanzas e Instituciones, y director del Grupo de Perspectivas del Grupo Banco Mundial, Ayhan Kose, advirtió que los mercados emergentes y las economías en desarrollo, sean importadoras o exportadoras de productos básicos, deben fortalecer su resiliencia a corto plazo y prepararse para la posibilidad de que el crecimiento pierda impulso.
Agencias/CDMX
