El Tribunal Electoral del Poder Judicial de la Federación (TEPJF) ratificó las reformas a los estatutos del Partido Revolucionario Institucional (PRI), que habilitan la reelección de Alejandro “Alito” Moreno como presidente nacional del partido hasta 2028.
En una votación dividida, los magistrados del máximo órgano electoral determinaron que los cambios aprobados en la XXIV Asamblea Nacional del PRI el 7 de julio no contravienen la Constitución, a pesar de que se efectuaron en pleno proceso electoral. La propuesta de la magistrada Janine Otálora Malassis, que buscaba invalidar las reformas, fue rechazada por los magistrados Felipe Fuentes Barrera, Felipe de la Mata Pizaña y Mónica Soto Fregoso, presidenta de la Sala Superior, quienes argumentaron que no existe ningún impedimento constitucional para la reelección de los dirigentes de partidos políticos.
Los magistrados también señalaron que el artículo 34 de la Ley General de Partidos Políticos, que prohíbe modificar los documentos fundamentales de los partidos una vez iniciado el proceso electoral, no especifica plazos concretos, lo que permite una interpretación más flexible. Además, defendieron el derecho de los partidos políticos a la autoorganización y autodeterminación.
Con esta decisión, el TEPJF revocó el acuerdo del Instituto Nacional Electoral (INE) del 12 de septiembre que invalidaba las reformas estatutarias del PRI. De esta manera, se confirma la continuidad de Alejandro Moreno y Carolina Viggiano al frente del partido.
CONTINUIDAD Y VÍA LIBRE
Con la resolución del TEPJF, el PRI ha confirmado la reelección de Alejandro Moreno como su presidente nacional, tras un proceso que no estuvo exento de controversias. La reelección de Moreno Cárdenas, también conocido como “Alito”, fue impugnada por algunos miembros del partido que argumentaban irregularidades en el proceso y criticaban la concentración de poder dentro de este instituto político.
Las impugnaciones surgieron de diversos sectores del PRI que no estuvieron de acuerdo con la extensión del mandato de Alito Moreno, al considerar que no se habían respetado los estatutos del partido que regulan los periodos de liderazgo. Varios exdirigentes y figuras prominentes del PRI señalaron la falta de transparencia en el proceso y temían que la reelección perpetuara una estructura de poder que limitara la posibilidad de renovación interna.
La controversia escaló rápidamente y llegó a instancias legales, lo que llevó a la intervención de los tribunales electorales. Sin embargo, tras una revisión exhaustiva, el TEPJF resolvió que el proceso había sido legítimo y desestimó las impugnaciones. La decisión del Tribunal validó oficialmente la reelección de Alejandro Moreno, dándole vía libre para continuar al frente del PRI hasta el 2028.
AFIANZAR SU LIDERAZGO Y FORTALECER AL PRI
A pesar de este resultado favorable para Moreno, el proceso dejó expuesta la división interna en el PRI. Si bien una parte significativa del partido apoyó su continuidad en el liderazgo, la existencia de grupos opositores refleja las tensiones que enfrentan los priistas en su lucha por adaptarse a la política contemporánea de México. La controversia en torno a su reelección ha generado un debate sobre el futuro del partido y la necesidad de una mayor democracia interna para asegurar su relevancia en el panorama político nacional.
El fallo final del TEPJF no solo confirmó a Alejandro Moreno como presidente del PRI, sino que también subrayó la importancia de las reformas internas que él ha impulsado desde 2019. Entre sus objetivos se encuentran fortalecer la unidad partidaria, ampliar la base electoral y afinar la plataforma política del PRI para las próximas elecciones y más allá. Sin embargo, el reto de reconciliar a las facciones internas sigue latente, y Moreno Cárdenas deberá trabajar para reducir las fisuras que quedaron evidentes tras el conflicto causado por su reelección.
Aun cuando Alejandro Moreno ha logrado reafirmar su liderazgo al frente del PRI tras superar las impugnaciones en su contra, le espera un desafío más grande que será mantener la cohesión de su partido, mientras lidia con un entorno político en constante cambio y le queda la difícil tarea de recuperar la confianza del electorado y la creación de nuevos cuadros que le den fortaleza al partido sin dejar en el olvido a los priistas que por años han sido pilares del Revolucionario Institucional.
Gabriel García-Márquez