¿A QUÉ VINO JESÚS A ESTE MUNDO?

Estamos en el mes de la celebración del nacimiento de nuestro Señor Jesucristo. Según nuestro calendario. Lamentablemente, la inmensa mayoría de la gente no relaciona la Navidad con nuestro Señor Jesucristo; en parte porque los medios masivos de comunicación se han empeñado en borrar el nombre de Jesucristo de la Navidad. Pero quiero reiterar, que la Navidad, sin tomar en cuenta a Jesucristo, carece de total significado. Por eso, el mensaje de hoy, trata del propósito por el cual Cristo Jesús, el Hijo de Dios, vino a este mundo. Nuestro Señor Jesucristo no vino solamente a dar un paseo a esta tierra, Él vino con una misión muy clara para la cual nació, vivió, murió en la Cruz, fue sepultado, resucitó de entre los muertos al tercer día, ascendió al Cielo, y desde allí vendrá un día no muy lejano por los suyos. Entonces, ¿por qué nació Jesús en esta tierra?, ¿A qué vino Jesús a este mundo? Dejemos que Él mismo nos lo diga en la Palabra de Dios:

JESÚS VINO A BUSCAR Y A SALVAR LO QUE SE HABÍA PERDIDO
Mateo 18:11
“Porque el Hijo del Hombre ha venido
para salvar lo que se había perdido”.

Lucas 9:54-56 “Viendo esto sus discípulos Jacobo y
Juan, dijeron: Señor, ¿quieres que mandemos que descienda fuego del cielo, como hizo Elías, y los consuma? 55 Entonces volviéndose él, los reprendió, diciendo: Vosotros no sabéis de qué espíritu sois; 56 porque el Hijo del Hombre no ha venido para perder las almas de los hombres, sino para salvarlas. Y se fueron a otra aldea”.

En estos dos pasajes bíblicos, nuestro Señor Jesucristo, nos dice que ÉL vino a esta tierra naciendo en un pesebre, para salvar lo que se había perdido. Y luego en este Evangelio de Lucas, el Señor reitera que vino a este mundo para salvar las almas de los hombres. ¡Qué triste y lamentable que muchos usen la celebración de la Navidad de Cristo, para perder su alma en las drogas, el alcoholismo, el adulterio, la fornicación y la delincuencia! Jesús vino a salvarnos de nuestra perdición, ese fue el propósito de su nacimiento, su muerte en la Cruz y su resurrección de los muertos. Vino a salvar a los que se habían perdido, y como todos anduvimos perdidos, pues Él vino a salvarnos a todos. Todavía el Señor sigue buscando a los perdidos para salvarlos del fuego eterno.

Juan 3:17-18 “Porque no envió Dios a su hijo al mundo para condenar al mundo, sino para que el mundo sea salvo por él. 18 El que en él cree, no es condenado; pero el que no cree, ya ha sido condenado, porque no ha creído en el nombre del unigénito Hijo de Dios”. El apóstol Juan dice que, Dios no envió a Jesús al mundo para condenar al mundo, sino para que el mundo sea salvo por ÉL.

Y todo lo que tenemos que hacer para ser salvos y no ser condenados en el juicio final, es creer en Jesucristo que también implica recibirlo en nuestro corazón como nuestro Salvador y Señor.

Gálatas 4:4-5
“Pero cuando vino el cumplimiento del tiempo, Dios envió a su Hijo, nacido de mujer y nacido bajo la ley, 5 para que redimiese a los que estaban bajo la ley, a fin de que recibiésemos la adopción de hijos”.

JESÚS VINO PARA SERVIR Y DAR SU VIDA EN RESCATE POR MUCHOS

Mateo 20:25-28 “Entonces Jesús, llamándolos, dijo: Sabéis que los gobernantes de las naciones se enseñorean de ellas, y los que son grandes ejercen sobre ellas potestad. 26 Mas entre vosotros no será así, sino que el que quiera hacerse grande entre vosotros será vuestro servidor, 27 y el que quiera ser el primero entre vosotros será vuestro siervo; 28 como el Hijo del Hombre no vino para ser servido, sino para servir, y para dar su vida en rescate por muchos”.

Este pasaje bíblico nos enseña algo más sobre el propósito de la venida de Cristo a este mundo, a pesar de ser el Rey de reyes y Señor de señores, Jesucristo vino para servir y dar su vida en rescate por muchos. Los discípulos habían estado discutiendo quién de ellos sería el que ocuparía los mejores puestos en el Reino de Dios, pero Jesús, conociendo sus pensamientos, les dijo que ÉL había venido para servir y no para ser servido. Desde que Jesús comenzó su ministerio hasta que ascendió a la Gloria, estuvo sirviendo a la gente: Predicándoles el Evangelio de la salvación, sanándolos de sus enfermedades, dándoles de comer, liberándolos de posesiones demoníacas, etcétera. Por esto, si queremos ser importantes en el Reino de Dios, debemos servir hasta el final de nuestros días. Ante nuestro Dios, el mayor no es el que se sienta la mesa, sino el que sirve.

Aprendamos muy bien esta enseñanza: Jesús nació y vivió para servir, y nosotros también debemos vivir para servir. En esta tierra, la importancia de una persona se mide por la cantidad de gente que le sirve, pero en el Reino de Dios las personas importantes son aquellas que sirven a una mayor cantidad de personas.

JESÚS VINO PARA HACER LA VOLUNTAD DE DIOS SU PADRE

Juan 6:38-39 “Porque he descendido del cielo, no para hacer mi voluntad, sino la voluntad del que me envió. 39 Y esta es la voluntad del Padre, el que me envió: Que de todo lo que me diere, no pierda yo nada, sino que lo resucite en el día postrero”.

Esta porción bíblica nos revela una tercera razón por qué Jesús vino a este mundo en forma de un bebé en el pesebre de Belén. Jesús dice que ÉL descendió

del cielo para hacer la voluntad de Dios padre que le envió. Según el cristianismo, hacer la voluntad de Dios es una elección libre y voluntaria de la persona, de actuar conforme a la Voluntad Divina donándose a sí mismo a la causa de Dios, al igual que Dios en la persona de Jesucristo se donó libre y totalmente a nosotros para nuestra salvación.

El éxito en la vida cristiana consiste en vivir conforme a la voluntad de Dios. Así que la voluntad de Dios tiene que ver con consagrarse más y más en obediencia a Dios. Esto fue lo que hizo Jesús desde que nació hasta que ascendió a la Gloria, y nosotros también somos llamados para hacer la voluntad de Dios en todo consagrándonos a Él. La única manera cierta y segura de conocer la voluntad de Dios para nosotros es siendo asiduos lectores de la Biblia. Debemos estar dispuestos a hacer el sacrificio que sea para hacer la voluntad de Dios. Nuestra mayor realización la logramos cuando vivimos conforme a la voluntad de Dios.

JESÚS VINO A HACER LAS OBRAS DEL PADRE QUE LE ENVIÓ

Juan 9:4-7 “Me es necesario hacer las obras del que me envió, entre tanto que el día dura; la noche viene, cuando nadie puede trabajar. 5 Entre tanto que estoy en el mundo, luz soy del mundo. 6 Dicho esto, escupió en tierra, e hizo lodo con la saliva, y untó con el lodo los ojos del ciego, 7 y le dijo: Ve a lavarte en el estanque de Siloé (que traducido es, Enviado). Fue entonces, y se lavó, y regresó viendo”.

Una cuarta razón por qué Jesús vino a este mundo en forma de un bebé en el pesebre de Belén, es para hacer las obras del que le envió. Las obras que Dios le mandó a Jesús que hiciera en su ministerio redentor, es lo que dice:
Lucas 4:18 “El Espíritu del Señor está sobre mí, Por cuanto me ha ungido para dar buenas nuevas a los pobres; Me ha enviado a sanar a los quebrantados de corazón; A pregonar libertad a los cautivos, Y vista a los ciegos; A poner en libertad a los oprimidos”.

Así que, Jesús vino a este mundo a predicar el Evangelio, porque eso es lo que significa Buenas Nuevas. Tenemos que dar Buenas Nuevas a los pobres, es la primera de las cosas a la que Jesús vino; la segunda razón por la que Jesús vino, es para sanar a los quebrantados de corazón, a todos aquellos que tienen el corazón roto por rechazos, por abandono, por maltratos y muchas otras cosas. También Jesús vino a pregonar libertad a los cautivos, a todos aquellos que están cautivos por las drogas, el alcohol, el sexo fuera del matrimonio, las perversiones, el ocultismo, las falsas, filosofías, las falsas religiones, falsa identidad, etcétera. También Jesús vino a dar vista a los ciegos, en especial a los ciegos espiritualmente hablando. Un ciego espiritual es aquel que no sabe por qué nació, no sabe por qué está en este mundo, y no sabe a dónde irá cuando muera. Un ciego espiritual es aquél que va a la deriva en esta vida. Pero Jesús dice: En Juan 8:12 “Yo soy la luz del mundo, el que me sigue no andar en tinieblas, sino que tendrá la luz de la vida”. También Jesús vino para poner en libertad a los oprimidos. Si te sientes oprimido por fuerzas espirituales malignas, Jesús vino a darte libertad, sólo tienes que recibirlo en tu corazón, como tu Salvador y Señor, y toda oscuridad, y toda opresión espiritual, quebranto de corazón, y pobreza espiritual, desaparecerán de ti. Sólo tienes que creer en Jesús y recibirlo en tu corazón, porque lo que tú y yo no podíamos hacer para ser libres, Jesús lo hizo en la Cruz del Calvario.

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