Irma Santander/LIBERAL: A raíz de la pandemia e inseguridad el servicio de pasajeros bajó.

A pesar del riesgo Claudia es taxista

Claudia Yareli Santiago Aguilar, es una de las pocas mujeres que conduce un taxi en Coatzacoalcos.

Aún con los riesgos que implica, como el no regresar a casa, está orgullosa de ser taxista y todo lo deja en manos de Dios.
“Expuesta ha no regresar, sales de tu casa y no sabes qué pasará, muchos trabajando han perdido la vida, por accidentes o inseguridad, como mujer somos más vulnerables estamos viendo los feminicidios”, expresó.

“A raíz de la pandemia el taxi fue golpeado y mermado por la pandemia porque las personas ya no salen y por eso he incursionado en el mundo del emprendimiento y me apoyo el servicio público”, reveló.

SER TAXISTA ES UN ORGULLO

Para Claudia conducir una unidad de sitio es un orgullo; el carro lo trae impecable y su imagen da confianza a los usuarios.
“Las personas que se suben se asombran y más por la alta delincuencia que vivimos y es un orgullo grande decirle a las mujeres que si se puede, las pasajeras me preguntan y no te da miedo, les digo no, se en quien confío, se quien anda conmigo que es Dios, mientras te pones en las manos de él y trabajar honradamente todo en la vida se te da”, comentó.

La también emprendedora dijo que el taxi si es redituable aunque no como hace muchos años, sin embargo, con este oficio ha sacado adelante a sus hijos.

“El taxi es un trabajo muy noble y hasta el día de hoy un plato en la mesa de comida no ha faltado”, señaló mientras conducía la unidad.

LA DELINCUENCIA

Admitió que la delincuencia y los que usan un taxi para cometer ilícitos, ha manchado la imagen de los verdaderos trabajadores del volante.

“Somos muchos los que nos dedicamos cien por ciento al servicio público, no se llaman taxistas los que utilizan una unidad para delinquir, son personas que se dedican a hacer cosas y nos han perjudicado mucho”, remató.

También ha estado en situación de peligro, y como mujer es más vulnerable.

En una ocasión un pasajero la abordó e intentó asaltarla en una corrida del centro a la colonia Teresa Morales, afortunadamente logró salir del auto y fue auxiliada por otro taxista.

Incluso, destacó que hay usuarios que le han faltado el respeto, “yo soy muy amable con el pasajero por educación, hay quienes te faltan el respeto, confunden amabilidad y cortesía con otra cosa”, señaló.

LA CUENTA

Recordó que hace seis años se llegaba a sacar en un turno de seis horas, 900 pesos, actualmente si bien les va 500, de los cuales, la mitad es para la gasolina.

“Hay que buscarle y hacerse de clientes para poder obtener más ganancias”, sostuvo.

Y a pesar de todo, agregó que no se equivocó cuando a los 21 años decidió manejar un taxi por primera vez.
Nunca ha tenido un accidente automovilístico y el oficio de taxista le ha permitido conocer la zona urbana, rural y marginada de Coatzacoalcos, sus amaneceres, atardeceres y anocheceres.


  • 13 AÑOS
    Lleva como ruletera, su trabajo lo combinó con la venta de cosméticos y bisutería.
  • 33 AÑOS
    De edad tiene Claudia; madre de dos hijos y su esposo también es trabajador del volante.

“No es muy común ver a una mujer en el taxi, antes todos se me quedaban viendo porque tenía 21 años cuando empecé era, raro”
Claudia Yareli Santiago Aguilar
taxista

COATZACOALCOS
IRMA SANTANDER

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