El Observador Permanente de la Santa Sede ante las Naciones Unidas en Ginebra, monseñor Iván Jurkovic, ha instado a reducir o incluso condonar la deuda de los países más pobres, devastados por el impacto de la crisis del coronavirus.
“No cabe duda de que la actual crisis del Covid-19 afectará más gravemente a la vida y los medios de subsistencia de los habitantes del mundo en desarrollo. Una vía a través de la cual este impacto potencialmente devastador podría suavizarse, y salvar vidas en lugar de perderlas, es haciendo frente a la agobiante carga de la deuda externa acumulada, tanto a nivel público como privado, en los países en desarrollo en los últimos años”, ha señalado el diplomático del Vaticano.
En su declaración, Jurkovic también señaló la importancia de una acción coordinada de la comunidad internacional para proporcionar un alivio de la deuda a los países afectados por la crisis, y recordó, a propósito, la iniciativa para los países pobres muy endeudados (PPME) y la Iniciativa para el Alivio de la Deuda Multilateral (IADM) del pasado reciente, que demuestra que “la comunidad internacional puede actuar con decisión”, cuando es necesario.
Roma
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