Luis Velázquez

10 años sin Monsiváis

•10 años sin Monsiváis
•Será beatificado
•Exclusiva de “El chamuco”

ESCALERAS: Se cumplen diez años de la muerte del escritor Carlos Monsiváis. Más de treinta libros publicados. El imborrable defensor de los derechos humanos y “de las causas perdidas” como a si mismo se llamaba.
Doce gatos, todos con nombres simbólicos, entre otros, de políticos.
El más grande coleccionista de discos. Y de caricaturistas. Y de figuras populares. Más de quince mil expuestos en su museo en la Ciudad de México.
Nunca antes ni después, el escritor con el más agudo, incisivo, lapidario, sentido del humor.
En el trascendido del programa “El chabuco” que bien el Vaticano lo podría canonizar, beatificar, elevar a los altares.

PASAMANOS: Entre otras, por las siguientes razones:
Una. Tenía el sentido de la ambigüedad, como si fuera un santo católico y milagroso. Estaba en 2 y 3 lugares al mismo tiempo.
Dos. Nadie como él vivió a plenitud la Biblia. A los diez años la había leído completita. Luego, cada año la leía.
Tres. Si un escritor mexicano pasó la vida en servicio social inigualable fue Monsi, como le llamaban los amigos.

CORREDORES: Cuatro. Jesús fue un abogado “de las causas perdidas”. Por ejemplo, soñó con dignificar y enaltecer la vida de los pobres, pero más aún, de la gente viviendo en la miseria, como los pescadores, entre otros, y en donde eligió a sus doce apóstoles. Monsiváis murió con el mismo legítimo sueño, aun cuando en vez de apóstoles dejó fans, seguidores, feligreses.
Cinco. Los cristianos evangélicos y los católicos han integrado un frente común para impulsar la posibilidad.
Y seis. Aun cuando AMLO declaró sus héroes patrios a Hidalgo, Morelos, Juárez, Madero y Cárdenas, es un feligrés de la capilla monsivaina y como presidente de la república daría su aval en el Vaticano para canonizarlo.

BALCONES: Memorable en Francia la polémica ideológica de Albert Camus y Jean Paul Sarte. Citable la controversia en Rusia de Lenin y León Trotsky. Imborrable en México el debate Carlos Monsiváis y Octavio Paz.
La inteligencia incandescente de cada uno en su más alto rigor. Luego del debate, Octavio Paz envió a Monsiváis un gatito de regalo, animalista que era. Fue el mismo gato que una tarde orinó el saco del traje del magnate Carlos Slim Helú cuando invitado por Monsi a comer y mirar una película en su casa lo dejó en el sofá de la sala.

PASILLOS: Un día, en una conferencia, una chica le dijo que si podía escribir con claridad porque le costaba demasiado trabajo entenderlo. Contestó de la siguiente manera:
“No te preocupes. A veces yo tampoco me entiendo”.
Otro día, de algún país de América Latina le hablaron para recordarle que dictaría conferencia magistral al día siguiente y la asistente doméstica le dijo:
“No se preocupen. Monsiváis está en Francia”.

VENTANAS: En la facultad de Comunicación de la Universidad Veracruzana dictó conferencia magistral sobre la crónica y ofreció un curso para los alumnos interesados. Era director de la FACICO el maestro Dámaso Nájera Sánchez.
Sus crónica están recopiladas en un montón de libros y que incluyen entre otros “A ustedes les consta” donde recuenta y estudia a los mejores reporteros de su tiempo en el siglo pasado, un libro clásico.
Y aun cuando con frecuencia resulta ininteligible, su lectura es un deleite, un gozo para las neuronas, tanto por la rigurosidad de los contenidos como la pulcritud literaria, pero más aún, el asombroso sentido del humor filoso, picante, cáustico y lapidario.

Barandal
Luis Velázquez

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